Nota realizada por Quilmes Ahora, 2/10/07
Detalle: Miriam Magdaleno fue concejal por el Frente Polo Social entre el 2001 y el 2005. En la peor crisis del país, cuando el ritmo de las cacerolas pedían “que se vayan todos”, entraba y salía de la Municipalidad entre medio de la gente. Recorrió barrios, acompañó los reclamos ciudadanos por la sub-estación Sobral, y otros temas medioamabientales. Presentó muchos recursos de amparo a favor de familias desnutridas, logrando que la justicia exigiera al gobierno de Geronés la atención de los más necesitados. Cuando terminó su mandato se fue en colectivo y desde entonces se gana la vida vendiendo bijuotería. Hoy es la candidata a intendente de Redes – MST Nueva Izquierda, una coalición que lleva a Vilma Ripoll como candidata a presidente y al Diputado Carlos Tinnirello como candidato a gobernador.
Magdaleno visitó el programa “Sin Vueltas” (RK 91,5) y este es parte del extenso reportaje al que se sometió
¿Cómo fue esa experiencia del Presupuesto Participativo, algo inusual si se quiere para la cultura política de nuestro país?.
“Nosotros como grupo estamos tratando de instalar hace mucho tiempo esto; que por supuesto tiene experiencias en otros países como Brasil y Uruguay. Pero nosotros queremos profundizar el tema un poco más. Las propuesta es que el Presupuesto Participativo tiene que ver con un instrumento para que la gente pueda participar, porque todos reclamamos en la política la participación, pero hay que crear los instrumentos para que pueda concretarse.”.
¿De qué se trata esta propuesta que ustedes promueven?
“Nosotros hablamos de dividir la ciudad en 17 circuitos donde en cada uno de ellos debería desarrollarse una asamblea de vecinos donde se defina no lo que quiere la dirección política o el gobierno, sino lo que los propios vecinos prioricen en qué gastar el dinero que les corresponde, pero además generar una visión más integral sobre todo el presupuesto municipal. De este modo si la gente decide que hay que hacer cloacas antes que el pavimento, bueno, desde el gobierno se aplicará éste criterio y se harán cloacas; pero definido por los propios vecinos. Quizás es muy innovador desde este punto de vista. Todos sabemos que la Constitución establece que el pueblo no delibera ni gobierna si no es a través de sus representantes, porque esto es la cultura política, donde se pretende imponer desde el poder. Nosotros creemos en el poder de decisión de la gente”.
¿Cómo recepciona esta idea la gente común del barrio?
“Y....cuesta. Yo recuerdo que una vez estábamos en una reunión en Ezpeleta presentando esto y la gente nos preguntaba sobre las soluciones que nosotros llevábamos al barrio. Nos decías: Qué van a hacer por nosotros. Y cuando terminó la reunión los mismos vecinos ya decían: Nosotros vamos a hacer tal o cual cosa. Un cambio total de criterio, de cultura política”.
Usted fue concejal cuatro años, dos con Geronés y dos con el actual intendente. ¿Qué le quedó de esa experiencia en un Concejo Deliberante muy cuestionado por la sociedad como el que usted integró?
“Fue todo un desafío porque uno tenía una idea diferente de lo que teníamos que hacer los concejales, pero me tocó asumir en el peor momento de la crisis social del país. La gente reclamaba que nos fuéramos todos. Y yo me decía y les decía a mis compañeros que si no podía ingresar a la Municipalidad por la puerta de adelante, yo renunciaba; pero a pesar que todos los días había movilizaciones, que se quemaban gomas; yo siempre ingresé por la puerta de adelante y con el reconocimiento de la gente por sobre todas las cosas. Gente que sabía que no tenía poder para solucionar lo que ellos estaban reclamando, pero que reconocían que no les mentía y que me ponía de su lado. Fue una etapa de mucho desgaste, trabajábamos en soledad, pero pusimos temas que no estaban en la agenda política, como la desnutrición; que no un tema que le preocupara a ese gobierno”.
¿Y qué fue lo que siente que quedó pendiente?
“Nos quedó la etapa de la reforma política y yo digo que esta reforma no se va a dar a través de una dirigencia que la ha ido muy bien con este modo de hacer política. La tiene que plantar la ciudadanía, que también es un problema cultural. Me parece que hay que profundizare esto, discutir sobre el tipo de participación que quieren los ciudadanos dentro de la vida institucional del país o del municipio. Y también hay que cambiar las formas institucionales porque es parte de esas crisis que quedó pendiente en el 2001. Nosotros planteamos por ejemplo, que los delegados municipales tengan presupuesto propio y sean electos por los propios vecinos, en elecciones diferentes donde se brinden los padrones y la misma cantidad de publicidad a todos los que se presenten”.
¿Y como se ve ante esta elección?
“Mentiría si dijera que es un proceso electoral fácil. No estamos condenados al éxito sino todo lo contrario. Pero nuestro desafío no es octubre, es después de octubre; y es el comienzo de generar un espacio aún mucho más amplio del que hoy existe en la izquierda, con mayores sectores con los que vayamos generando una alternativa de poder. Queremos que la gente no diga: Son buenos para protestar o nadie discute su conducta, sino que también vean que si nos ponen a ejecutar, somos capaces de cumplir con el proyecto que prometemos. Me parece que ese es el desafío”.