Reproducimos la nota publicada por el Diario HOY de La Plata sobre el derecho a la identidad a partir del trabajo conjunto de RedES y la organización Quiénes Somos.
Apropiación ilegal de personas
Se estima que 3 millones de personas no conocen su identidad biológica
La trata de niños es la razón por la que muchos crecen sin saber de qué familia provienen. El Congreso trabaja para sancionar un proyecto de ley que imponga duras penas y más controles. Denuncian que se quemaron los archivos que registraban nacimientos en la última dictadura
“Mi padre me entregó en el año 1956. Mi madre adoptiva entró al hospital de San Pedro con una almohada bajo la remera y fraguaron mi acta de nacimiento, por eso no sé exactamente mi cumpleaños”. Luis Verdina, titular de la ONG Quiénes somos, se enteró toda la verdad un día de 1998. Ya era un adulto. Las personas que lo habían criado no eran sus padres biológicos.
Se estima que en Argentina hay 3 millones de personas que no conocen sus raíces. Crecieron con padres adoptivos y la mayoría de ellos aún no lo sabe.
Aunque la apropiación ilegal de bebés remite en el inconciente colectivo a la última dictadura militar, donde esto se convirtió en algo común perpetrado desde el Estado, el tráfico de personas también ocurrió antes, y sigue sucediendo.
La Fundación Adoptar denunció hace dos años a sacerdotes que en Santiago del Estero recibían bebés de madres carenciadas y a cambio les construían una casa. Julio Ruiz, su presidente, involucró en forma directa en ese momento al obispo de Añatuya, Antonio Baseotto, el mismo que se hizo famoso por la triste polémica con el ministro de Salud, Ginés González García. Con una frase bíblica había sugerido que lo “arrojaran al mar”, por tener posturas “progresistas” en materia sanitaria.
Hay un dato que desalienta la búsqueda de justicia para los que fueron apropiados: hace dos meses en los tribunales de San Pedro se archivó una causa en la que se denunciaba la desaparición de los registros de nacimientos del hospital municipal de Baradero.
Haciendo valer una ordenanza aprobada en 2005 que le daba el derecho a las personas a conocer su identidad, un joven nacido en 1977 en cautiverio fue a pedir que lo dejen ver los registros. Una partera, que trabaja allí desde hace muchos años le comunicó que los documentos habían sido quemados.
Inició un largo camino yendo a la Justicia, pero la respuesta que obtuvo no fue la que esperaba. La causa fue pasada al olvido. La desaparición de los registros de nacimientos ocurrió, según se constató, en 1980.
Lo más triste es que se estima que en buena parte de los hospitales municipales de la provincia de Buenos Aires pasó lo mismo. Verdina explicó que esto sigue debajo de la alfombra y no sale a la luz, porque “muchos dirigentes de la actual clase política están comprometidos. Nosotros le hicimos saber en persona a la subsecretaria de Derechos Humanos de la Provincia, Sara Derotier de Cobacho, sobre la situación en Baradero, y todavía no tomó cartas en el asunto”.
¿Qué hicieron los intendentes que asumieron en democracia con la quema de registros? Eso se pregunta Verdina. Y responde: “No hicieron nada, por eso las causas van a la Justicia y se archivan”.
La trata de personas ocupa el tercer lugar como actividad lucrativa ilegal en el mundo, después del tráfico de drogas y el de armas, moviendo 32.000 millones de dólares al año.
El tráfico de bebés (y de personas en general) tiene varias finalidades: la
de integrarlos a las familias apropiadoras como hijos, pero también otras finalidades mucho más escabrosas: tráfico de órganos, explotación sexual o trabajo esclavo.
El diputado Carlos Tinnirelo, de la Organización Redes, presentó un proyecto de ley que impone duras sanciones y busca que haya más controles. Para ello, se debe introducir una reforma al Código Penal. Pero la iniciativa “duerme la siesta” en las comisiones de la Cámara Alta.
“Con el proyecto se pretende garantizar que todas aquellas personas que tengan dudas sobre su identidad cuenten con el más amplio respaldo para llevar adelante todas las tareas necesarias para llegar a la verdad”, manifestó el legislador en diálogo con Hoy.
En el Norte suele haber trata de niños porque hay menos controles. Hay chicos que, además de tener que ser sometidos a la prostitución, son obligados a trabajar, por ejemplo, en los campos de las tabacaleras.
Las consecuencias
La mayoría de los integrantes de Quiénes Somos fueron anotados como propios. “Nuestras partidas de nacimiento son legales pero ilegítimas. Otros tienen un expediente de adopción pero con severas irregularidades”, explica.
“Carecemos de antecedentes médico-genéticos, ignoramos si somos portadores de alguna enfermedad hereditaria -la cual podríamos transmitir a nuestros hijos-. Nos vemos imposibilitados a la hora de recibir trasplantes y corremos riesgo de cometer incesto”, indican los integrantes de esta Asociación. Es decir, que la pérdida real de la identidad genera demasiados conflictos sociales y de hecho sólo pueden resolverlos si, como pide el proyecto que duerme en Diputados, el Estado se involucra en serio en esta problemática.
140 chicos en diez años
Esa cantidad de menores fueron entregados en la Clínica
de San Pedro, durante 1956 y 1966. Un caso conmovedor
Investigando su caso particular, Luis Verdina, el titular de la ONG Quiénes somos, encontró que se habían entregado ilegalmente 140 chicos en diez años en la Clínica de San Pedro. Esto ocurrió entre 1956 y 1966. “Si en diez años en un solo distrito ocurrió esto, las cifras a nivel nacional se multiplican”, explicó Verdina.
¿Cómo fue su caso? Su padre era un industrial alemán que pisó suelo argentino después del nazismo. Verdina sospecha que fue parte de la camada de Nazis que desembarcó en suelo nacional para refugiarse y adoptar una nueva identidad. La nuera de su partera fue la que le contó los detalles: a la madre de Verdina, una chica de 20 años que era la empleada doméstica de la casa del padre de Verdina, la obligaron a entregar a su hijo. Es que este industrial alemán al parecer tenía una muy buena posición social y una familia constituida, y estaba mal visto que hubiera tenido un hijo extramatrimonial. “Mi padre biológico desembolsó una suma de dinero importante a la partera para que no hablara”, contó. Y añadió: “Por desgracia la partera murió. Y la nuera, aunque vive, no quiere hablar”.
Sólo sabe de su madre que era rubia y bonita, pero no encuentra rastros de ella. Ni siquiera sabe si está viva. De su padre tiene sospechas de que estaría viviendo en Villa Devoto. “Cuando me enteré de la verdad, mis padres adoptivos me pidieron perdón, pero la realidad es que a mí me robaron la identidad”, manifestó.
Una ONG que se fundó hace cinco años
La Agrupación por los Derechos Humanos Quiénes somos no tiene fines de lucro. Se formó el 16 de marzo de 2002 cuando un grupo de personas que buscaba su verdadera identidad biológica decidieron reunirse porque no existía ningún organismo oficial que se dedicara a investigar los casos de apropiación de menores, fuera del período 76-83.
“La Agrupación no busca, no son los particulares quienes tienen que hacerlo. Es el deber del Estado, el mismo que al nacer nos desprotegió. Él tiene las herramientas para acceder a los archivos, investigar y así recuperar nuestra verdad. Quiénes somos orienta a todos los que están buscando sus orígenes, acompaña y contiene”, explican en su acta constitutiva.
La Agrupación Quiénes somos exige al Estado que cumpla con la Constitución Nacional y con los Pactos Nacionales e Internacionales arbitrando los medios necesarios para garantizar las búsquedas. Consideran que ésa es su responsabilidad y su deber.
Entre los pedidos que realizan figuran:
-Acceso a la información (Archivos Registro Civil, Libros de Parto).
-Creación de una Comisión Estatal, neutra a nivel nacional, que recepcione las búsquedas de todos los tiempos históricos.
-ADN gratuito y que se incluya a los apropiados en el Banco de Datos genéticos.
-Crear una Red con todas las organizaciones de DD.HH. y la difusión y prevención para que la ciudadanía tome conciencia de realizar las adopciones legalmente y la importancia de conocer la verdadera identidad biológica.
Lo dice claramente la Convención Internacional por los derechos del Niño: “Los estados partes se comprometen a respetar el derecho del niño a preservar su identidad incluidos la nacionalidad, el nombre y las relaciones familiares de conformidad con la ley sin injerencias ilícitas. Cuando un niño sea privado ilegalmente de algunos elementos de su identidad o de todos ellos, los estados partes deberán prestar la asistencia y protección apropiadas con miras a restablecer rápidamente su identidad”.
“Por favor, cuidame a la nena”
“Cuidame a la nena”, le repetía su madre a José Luis. No sabía a qué se refería. Su madre sufría Altzeimer y entonces José pensaba que confundía a “la nena” con alguno de sus nietos recién nacidos. A seis años de la muerte de su madre, José Luis Gaudiano pudo, como él mismo lo dice, “descifrar el mensaje”. La nena era una hermana suya, de sangre, que había sido entregada en adopción porque sus padres, que estaban separados, no podían criarla.
“No sé su nombre ni su apellido. Pero una testigo del nacimiento me dijo que la criatura era muy bonita. Es una búsqueda atípica porque en la mayoría de los casos que conozco, buscan a sus padres o algunos padres buscan a sus hijos. Yo busco a mi hermana de sangre”, explica
José Luis, que también tiene una hermana mayor. Y ruega que, si
alguien sabe algo, lo comunique por correo a jlgaudiano@ciudad.com.ar o jlgaudiano@hotmail.com.
Como ésta, hay cientos de historias. Algunas de ellas son reflejadas por la ONG Quiénes somos, otras, quizás, todavía no fueron contadas.
También hay mensajes desesperados, como el de Elsa Golques: “Soy la mamá biológica de Juan Ignacio Golques, que está en poder de una anciana jubilada de la policía que valiéndose de su uniforme y la complicidad de un juez corrupto me despojó de mi hijo, y consiguió una adopción dudosa, repleta de irregularidades”, explica.
Y añade: “Pronto Juancito vas a saber toda la verdad, porque tenés derecho a tu identidad, a conocer tu verdadera historia..., vas a saber la verdad acerca de tu adopcion. Yo, tu mamá, te lo prometo. Confío en nuestro nuevo presidente, está haciendo la cosas bien para que la Justicia funcione y se acaben los privilegios que favorecen a los más fuertes. Quisiera que esta mujer pague por todo el daño que me hizo al privarme de verte crecer. No voy a parar hasta que al juez que otorgó tu adopción le hagan juicio político, tiene infinidad de denuncias en su contra. Hijo, deseo verte, también tus hermanitos te tienen siempre presente. Te quiero mucho, nunca me olvidé de vos”.
http://www.diariohoy.net/notas/verNoticia.phtml/html/268536231/pael/Se-estima-que-3-millones-de-personas-no-conocen-su-identidad-biol%F3gica/